La Llorona (Versión Guatemalteca)

María era una mujer de la alta sociedad, joven y bella,la cual se casó con un hombre mayor, bueno, responsable y cariñoso, que la consentía como una niña, su único defecto... que no tenia fortuna. Pero el sabiendo que su joven mujer le gustaba alternar en la sociedad y " escalar alturas ", trabajaba sin descanso para poder satisfacer las necesidades económicas de su esposa, la consentida despilfarraba todo lo que le daba su marido y exigiéndole cada día mas, para poder estar a la altura de sus amigas, las que dedicaba tiempo a fiestas y constantes paseos. María, tuvo cuatro hijos estos eran educados por la servidumbre mientras que ella se dedicaba a cosas triviales. Así pasaron varios años, el matrimonio se iba desgastando al igual que la salud de su marido quien enfermó gravemente y al poco tiempo murió, llevándose a la tumba " la llave de la despensa ", la viuda se quedó sin un centavo, y al frente de sus cuatro hijos que le pedían que comer. Por un tiempo María comenzó a vender sus muebles. Sus alhajas con lo que la fue pasando. Pocos eran los recursos que ya le quedaban, y al sentirse inútil para trabajar, y sin un centavo para mantener a sus hijos. Luego de pensarlo muy bien tomó una difícil decisión, un día reunió a sus pequeños diciéndoles que los iba a llevar de paseo al río. Los niños saltaban de alegría, ya que era la primera vez que su madre los llevaba de paseo. Los subió al carruaje y salió de su casa rápidamente. Al llegar al río, que entonces era caudaloso, los bajó del carro, que ella misma guiaba y los fue aventando uno a uno a los pequeños en el agua y que con las manitas le hacían señas de que se estaban ahogando. Pero ella, tendenciosa y fría , veía como se los iba llevando la corriente, haciendo gorgoritos el agua, hasta quedarse quieta. Como autómata se retiro de el lugar, tomo el carruaje y salió como "alma que lleva el diablo", pero los remordimientos la hicieron regresar a la escena del crimen. Era inútil las criaturas habían pasado a mejor vida. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, se tiro ella también al río acabando con su vida. Y a partir de la misma noche de la tragedia y hasta nuestros días, se escuchan los llantos y gritos desgarradores de una mujer vestida de blanco y de cabello largo y negro el cual cubre completamente su rostro. Algunas personas dicen que su cara es como el de un caballo. Muchos afirman haber visto su fantasma cruzando con lentitud parsimoniosa por varias calles y plazas de la ciudad, alzando los brazos al cielo con desesperada angustia y retorciéndolos en el aire al mismo momento en que lanza un espantoso alarido: <<¡ay! mis hijos!... ¡Donde están mis hijos!>>. Trémulo grito producto de su propia desesperación capaz de paralizar el corazón de los hombres más valientes y el cual repite una y otra vez hasta llegar finalmente al río donde perdió su vida. Se cuenta que cuando se la escucha cerca, en realidad está muy lejos, y viceversa. Se dice que no puede matar a una persona si ésta usa la ropa interior al revés, se le presenta a los hombres mujeriegos como una hermosa mujer para engañarlos, se dice que si se le habla ella les quitara la vida, y que un hombre acechado por la Llorona se salvará si una mujer le toma de la mano, pues el espectro sólo ataca a personas solitarias. También se cuenta que si uno escucha el grito debe tratar de moverse y no quedarse congelado por el pavor. La persona tiene que huir antes de escuchar el tercer grito, o la Llorona se llevara su alma. Para evitar encontrarse con ella, o ahuyentarla,uno debe rezar al santo de su devoción o repetir las oraciones tradicionales católicas.

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